miércoles, 19 de septiembre de 2007

Irena Sendler/La polaca que salvó a más de 2.500 niños y jóvenes judíos en Varsovia

La lista de  Sendler

La polaca que salvó a más de 2.500 niños

y jóvenes judíos en Varsovia

 

Irena en sus años juveniles.

Se ha publicado, en Alemania, bajo el titulo: “La madre de los niños del Holocausto. Irena Sendler y los niños rescatados del gueto de Varsovia”, un libro de la periodista y escritora polaca Anna Mieszkowska. Se narra la vida de una valiente mujer que arriesgó su vida para salvar a miles de niños de la muerte. Este es un fragmento del artículo que el diario católico alemán Die Tagespost dedica al libro. Quien calla ante este asesinato se convierte en cómplice del asesino. Quien no lo juzga, está de acuerdo con él; esto escribió la escritora Zofia Kossak- Szczucka (1890-1968) tras la llamada Gran Acción, en la cual, entre julio y septiembre de 1942, fueron deportados 300.000 judíos del gueto de Varsovia a Treblinka, para morir después asesinados.

 

Y esos pensamientos motivaron a Zofia Kossak-Szczucka, en diciembre de 1942, a dar vida a una organización clandestina con el nombre de Zegota. La organización asumió en Varsovia la dirección del Consejo de Ayuda a los judíos, que socorría a los judíos que vivían ilegalmente fuera del gueto. El Consejo de Ayuda a los Judíos les llevaba, mediante intermediarias, ayuda en forma de alimentos y dinero.

 

En diciembre de 1942, con el objetivo de coordinar acciones conjuntas, Julián Grobelny, dirigente de Zegota, se reunió con una mujer joven que, ya en los meses previos, desde que se había erigido el gueto, había sacado clandestinamente a más de 2.000 niños y jóvenes de la zona prohibida. Se llamaba Irena Sendler.

 

Irena Sendler nació en febrero de 1910 en Varsovia, hija de un médico católico. Su padre, miembro del partido socialista, trataba principalmente a pacientes judíos pobres. Sus ideas tuvieron una gran influencia en la joven Irena. Cuando, en la noche del 15 al 16 de noviembre de 1940, el gueto de Varsovia fue bloqueado herméticamente, se encontraban allí unas 350.000 personas. La cifra de los habitantes del gueto se elevó mas tarde incluso hasta los 500.000. Irena Sendler encontró un camino para alcanzar la zona prohibida.

 

Ella misma lo explica: Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la colonia sanitaria, a cuyas tareas pertenecía la lucha contra enfermedades contagiosas.

Mas tarde tuve éxito en conseguir pases también para las otras intermediarias. Como los alemanes invasores tenían miedo a una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controlaran el recinto. Irena Sendler se puso en contacto con familias, a las que ofreció guiar a sus hijos fuera del gueto.

Pero no podía ofrecer garantías de éxito. Sin embargo, a lo largo del año y medio siguiente, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, consiguió rescatar a más de 2.500 niños y jóvenes del gueto por distintos caminos.

 

Primero Irena Sendler tuvo que conseguir papeles falsos, y una familia de acogida o un hogar para los niños. Para ello, ayudaron las parroquias, que expidieron certificados de nacimiento, así como varias Órdenes religiosas, que acogieron a los niños.

¡Ningún sacerdote o monja, dice, me negaron nunca ayuda para el rescate de niños judíos!

Al contrario, ayudaron hasta el final de la guerra, arriesgando su vida y la de los de su entorno.

Ningún convento me negó nunca la acogida de un niño judío. Sendler recuerda, de forma especial, a una monja que iba a Varsovia cada vez que un niño tenia que ser sacado de la ciudad:

«La hermana Witolda llevaba a esos niños con ella a Turkowice, viajaba con ellos por ese tramo largo, horrible, dominado por los militares, hasta la frontera».

 

En octubre de 1942, Irena Sendler fue detenida y encerrada en la prisión de la Gestapo. Había formado, en tiras estrechas de papel de seda, un fichero para establecer después de la guerra la identidad de los niños rescatados.

Pero no reveló nada, y fue condenada a muerte. Sin embargo, el Consejo de Ayuda a los Judíos sobornó a un hombre de las SS que la dejó escapar.

 

Según la autora del libro, Anna Mieszkowska, Irene Sendler, que hoy tiene 96 años, es un monumento viviente de la Historia, un monumento viviente de la Memoria.

 

Michal Glowinski, profesor del Instituto de Investigación Literaria de la Academia Polaca de la Ciencias, escribe en el prólogo:

¡La lista de los judíos salvados por la polaca Irena Sendler tiene muchas mas entradas que la lista de aquellos que salvó el industrial alemán Oskar Schindler!.

José García

 

¡Jesús, confío en Ti!

En la cárcel, Irena Sendler encontró, dentro de un colchón, una estampa ajada con el escrito: “Jesús, confío en Ti”. Con motivo del primer viaje a Polonia de Juan Pablo II, le envió la estampa. Juan Pablo II le escribió en octubre de 2003 una carta, en la que ensalzaba sus acciones extraordinariamente valientes durante la ocupación alemana, “cuando usted, sin atender a su propia seguridad, salvo a muchos niños del exterminio”. (De "Alfa y Omega nº 515)

Attachment: IrenaSendler.pps

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