Para Lo Que Has Nacido
Dios Dijo:
Sabes, no naciste por ti.
Naciste por Mí.
Me puse a Mí mismo en La Tierra con tu forma.
Con frecuencia te confundes a ti mismo por la forma.
La forma es un dibujo, amado.
No es la cosa real.
Si entendieras y aceptaras que naciste en representación Mía, no serías nunca egoísta.
Eso no quiere decir que te negarías a ti mismo.
Significa que te dedicarías directamente a los asuntos de la vida.
El egoísmo sería algo de lo cual te reirías, algo con tan poco sentido que sería difícil para ti creer que nadie lo percibe de la misma manera en que tú lo haces.
Quizás llamarías "iluminación" a tu percepción.
Ciertamente, ella es conciencia expandida.
Por supuesto, no estás pensando:
"Estoy aquí para servir a Dios y, para servir a Dios, le sirvo a la humanidad."
No estoy hablando para nada de un pensamiento.
Cuando estás en un prado, no piensas:
"Oh, mira, estoy en un prado.
" Es evidente y no hay necesidad de decirlo.
Cuando Me sirves no piensas: "Oh, mira, le estoy sirviendo a Dios.
Realmente le estoy sirviendo a Dios."
No piensas eso porque Me estás sirviendo.
Es allí donde estás.
Es como estar despierto o dormido.
En cualquier caso, despierto o dormido, no lo anuncias.
No hay pensamientos al respecto, excepto ahora que te llamé la atención.
Precisamente ahora estás despierto.
Antes estabas durmiendo.
Ciertamente, servirme puede ser una decisión, y puedes tomar esa decisión con todo tu corazón y tu alma.
Estoy completamente a favor de eso.
Pero no estoy hablando de una decisión.
Es conciencia.
Es como si fueras un mozo en un restaurante.
Naturalmente tú sirves mesas.
Ya eres consciente de que eres mozo y de que estás ahí para servir.
No tienes que recordártelo.
Servir a otros es servirme a Mí, pero tú no sirves sólo por servir.
Puedes estar concentrado en servirme pero es más bien un foco descentrado.
Es como ver el color azul o el color verde.
No hay necesidad de pensar en ello.
No te preguntas: "¿Es azul o verde?" Solamente lo sabes.
Y entonces como Mi servidor simplemente sabes que debes servir.
Puedes pensar en eso, por supuesto, pero no tienes que hacerlo.
No tienes que pensar
"¿Cómo le sirvo a Dios?
¿Cuál es la mejor manera de servirle a Dios? ¿Estoy sirviéndole a Dios?
" De la misma manera en que no tienes que preguntarte:
"¿Cómo muevo mi brazo?
¿Cuál es la mejor manera de mover mi brazo?
¿Estoy moviendo el brazo?"
Si estás sentado en una silla no tienes que pensar:
"Estoy sentado en una silla."
simplemente estás sentado en una silla. Cuando te paras no tienes que pensar:
"Me estoy levantando".
Es algo natural que te levantes después de haber estado sentado.
Servirme es como respirar.
Puedes pensar en ello, pero no es necesario.
Respiras por tu cuenta sin hacer la elección de respirar.
Tienes una orientación en la vida.
Cuando tu orientación es necesidad, inevitablemente estás centrado en tu forma o te estás centrando en la forma de alguien más.
Cuando tu orientación es servicio, no puedes escapar de ello, tu foco está en la abundancia.
Tu foco está en dar con la misma naturalidad con la que respiras.
¿Ves la diferencia?
Una vela no tiene que pensar que es una vela.
Es una vela.
Una vez encendida, hace lo que las velas hacen.
Enciéndete a ti mismo, amado, y luego sabrás qué hacer.
Es así de simple.
Traducido por: Cecilia Ricardini
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