un Donante
Dios Dijo:
Podrías decir que a veces un hombre no desea riqueza sino mero sustento.
Escarba la tierra y sus cosechas no rinden.
Tiene siete años malos en los que su cosecha no crece y sus ovejas no se multiplican.
Puede haber sequía.
Puede haber inundaciones.
Puede haber circunstancias que no tienen nada que ver con su deseo personal.
Puede tener todo la motivación del mundo, y que aún así sus cosechas no crezcan, y que él esté hambriento.
Sí, un hombre con una gran motivación personal puede dar grandes zancadas y caminar de forma decidida, y que aún así sus árboles no den frutos.
Puede ser realmente una víctima de las circunstancias, y aún así no sentirse víctima.
Del mismo modo, un hombre puede tener una gran riqueza, y puede que no venga de su propio mérito sino de las circunstancias o de lo que se llama un giro del destino.
Tampoco debería atribuirse a sí mismo su fortuna el hombre rico más que lo que el hombre pobre debería dudar de sí mismo por su hambre.
Ningún hombre debería sentirse necesitado.
Sí, sí, sé que es más fácil decir que hacer.
Ningún hombre debe ser un mendigo. Ningún hombre debe tener hambre.
Todos los hombres deben dar. Nadie debería pedir.
Estoy hablando de un estado de ánimo, ¿entiendes?
Nadie debe llevar en su corazón el cartel que dice "Necesitado".
Tampoco debe ningún hombre llevar en su corazón un cartel que diga "Soy un Benefactor".
Aunque todos los hombres deben ser benefactores.
El estómago de un hombre puede estar lleno cuando el estómago de otro está vacío, pero el corazón de ningún hombre está lleno cuando hay hambre en la Tierra.
Podrías decir que hay grupos maravillosos que dan comida a los pobres, pero estos grupos tienen que mendigar para poder darles a los pobres.
Podrías decir que hay grupos que llevan a Dios al mundo, y ellos también tienen que mendigar.
Podrías decir que hay otros grupos bien dotados, y los regalos caen sobre ellos, y ellos los dan sucesivamente.
Tu corazón pregunta cuál es la diferencia.
¿Por qué no está todo equilibrado en la Tierra y por qué no son todos los buenos recompensados?
¿Por qué a veces es difícil tener recursos para dar, incluso cuando tu corazón no tiene otro deseo?
Amado, ¿qué te hace pensar que lo bueno no es recompensado?
¡Desde afuera, no puedes saber qué grupo recibe las recompensas más grandes!
Así como sucede con cada individuo en el mundo, lo mismo sucede con los grupos.
Desde afuera sólo lo externo se puede ver.
Las circunstancias no dicen todo.
Deja que el resultado se vea en la acción.
Glorifica a la acción, no al resultado que se percibe.
Hay muchas historias en el mundo en las que los grandes regalos no se ven, no se ven fácilmente, quizás nunca se ven, o quizás se ven tarde.
Que se vea la recompensa no es una ventaja de la recompensa.
Es mejor avanzar en la vida sin pensar en las recompensas.
Una razón es que este pensamiento pone al carro delante del buey.
Otra razón es que si piensas en la recompensa también estás pensando en lo opuesto.
Entonces no pienses ni en la ventaja ni en la desventaja.
Piensa en lo que estás haciendo y dando, y deja que el hacer y el dar sean tu recompensa.
Sucede lo mismo con los individuos.
Es mejor que no busques el agradecimiento de nadie.
No tienes que recibir un "gracias" ni ningún reconocimiento.
Y es lo mismo con la vida en general, tampoco tienes que recibir un "gracias" ni reconocimiento.
Agradécete a ti mismo.
Sé agradecido de que tú eres uno de los que pueden dar, y da sin pensar en la devolución.
No necesitas un recibo.
Necesitas dar.
Traducido por: Cecilia Ricardini
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