Dios Dijo:
Ninguno es más santo que otro.
Están aquellos que crean más armonía que los demás.
Están aquellos con quienes es más fácil trabajar.
Están aquellos que ayudan a otros y no estorban.
Pero no existe el santo de los santos.
No hay puritano.
Cristo y los otros Grandes vivieron su Plenitud.
Vivieron Mi Plenitud.
Se destacaron por su sencillez.
Quizás cuando el mundo dice santidad se refiere a la sencillez.
Seguramente los Grandes tenían unidad hacia su propósito.
No estaban por todas partes.
Tenían un foco y Yo era su foco.
Yo lo era.
Ellos nunca pensaron que ellos lo eran.
Ellos no pavoneaban.
Le dieron a Dios lo que es de Dios.
Cada hombre de la Tierra es un buscador.
Algunos buscan más y algunos buscan menos.
Algunos van por un camino y otros por otro,
pero cada uno está buscando más felicidad.
Algunos buscan dar más felicidad que otros.
Algunos buscan agarrar lo que pueden más que otros.
Diversos son los caminos hacia la felicidad que busca el hombre.
Pero hay Una Fuente y hay Un Destino.
Todas las corrientes se encuentran en el Océano de Mi Amor.
El día que dejes tu cuerpo el Cielo te dará una gran bienvenida.
Nunca antes te sentiste tan bienvenido.
Sobre la Tierra, hoy estás y mañana no.
En el Cielo nadie resulta favorecido.
Todos son honrados.
Nadie es distinguido.
Por el simple acto de dejar el cuerpo todas las almas entran al Cielo.
Aquí no hay relatividad, entonces
¿cómo podría haber un primero y un último?
El mundo está lleno de gente discriminada, pero el Cielo no.
En el Cielo hay gran júbilo para todos.
Seguramente no hay líneas separadas para sustituir. Seguramente las almas no son clasificadas.
Todos son bienvenidos y a todos se los recibe con gusto.
Nadie obtiene una fiesta mejor que la de otro.
¿Qué tipo de Cielo sería si simplemente continuara las categorías y el juicio del mundo de la Tierra?
Yo no tengo hijastros.
Es tan simple como eso.
Entonces alguien podría decir:
"¿Qué es lo bueno de ser bueno mientras estamos en la Tierra si no hace a la diferencia en el Cielo?"
La respuesta es que hace una gran diferencia en el mundo para ti y para aquellos que te rodean en la Tierra.
Tú sientes lo que das.
Sientes lo que creas.
Haces tu vida sobre la Tierra.
Sean las que fueren las circunstancias, la haces más o menos valiosa.
Haces lo que quieres de ti.
Mientras estás en la Tierra están buscando el Cielo.
Mientras estás en la Tierra haces tu estadía más fácil, más agradable, más beneficiosa para ti y para el resto de la Humanidad.
Eliges cada traje.
No están impuestos sobre ti.
Podrías cambiarte las ropas que llevas en cualquier momento.
Aunque naciste desnudo y desnudo volverás.
Un alma entró a un cuerpo.
Un alma deja al cuerpo.
¿Adónde están las marcas de identificación del alma?
Algunos en la Tierra son mejores alumnos que otros.
Algunos son mejores profesores que otros,
aún así todos aprenden y todos enseñan.
Todos enseñan algo
Enseña lo que tú quieras.
Tú eliges el legado que dejas.
En el Cielo sigues creciendo, pero te has graduado en el Cielo donde nadie es superior y nadie es inferior.
El Cielo es un establecimiento de amor bien dirigido.
El amor no dice "Tú puedes entrar.
Éste no puede entrar".
El amor no dice "Tú mereces amor,
y éste no merece amor".
El amor no pone etiquetas de precios sobre sus componentes.
El amor no tiene pretensiones.
Ahora, ¿por qué debes tenerlas tú?
Traducido por: Cecilia Ricardini
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