"Para que los elementos se mantengan juntos, es necesario que un
pensamiento, una fuerza o una entidad asegure su cohesión,
si no
se dispersan.
Por lo tanto, para que un ser esté vivo,
es
necesario que tenga en algún sitio un punto, un centro que
mantenga unidas todas las células de su cuerpo, y es este punto,
este centro al que llamamos espíritu.
En el momento en el que el
espíritu abandona el cuerpo, ya no hay cohesión alguna entre
las partículas, y el organismo se disgrega.
Es una ley que se
observa en todos los campos: mecánico, astronómico,
físico,
químico, biológico, psicológico.
El que entiende esta ley, se esfuerza en fundamentar su vida
sobre un punto único, una idea fundamental: aleja de su cabeza
y
de su corazón los elementos heteróclitos e incluso
contradictorios que acaban por pelearse entre ellos, y sólo
mantiene un pensamiento, una idea divina alrededor de la cual
todo el resto se fusiona. En este momento, los poderes
adormecidos en él empiezan a despertarse y acuden a apoyarle. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"Cómo están acostumbrados a alcanzarlo todo del mundo exterior,
tanto si se trata de seres o de cosas, los humanos tienen siempre
necesidad de recibir… E incluso de tomar, ya que cuando no
reciben lo que esperan, buscan obtenerlo por todos los medios,
incluso los más ilícitos. Y he ahí el lado malo de esta
costumbre de esperarlo todo del exterior. Aquel que logra sentir
que lo posee todo en él mismo, se siente tan rico que
experimenta la necesidad de dar a los demás algunos de los
tesoros que ya no puede contener.
Aprended pues a buscar la riqueza en vosotros mismos.
Al principio, es posible no encontréis gran cosa, pero poco a poco
quedaréis deslumbrados por la abundancia, la belleza de lo que
llegaréis a descubrir. Entonces sólo pensaréis en compartir
con los demás, y teniendo esta necesidad de dar siempre,
os acercaréis a la Divinidad. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov