lunes, 6 de agosto de 2007

El Ser Humano por Muy Venerable Maestro Melkizedek

EL SER HUMANO

Por M.V.M. MELKIZEDEK

Luna Llena de Julio 2007

 

INTRODUCCIÓN:

Queridos Hermanos y Hermanas del mundo:

Hemos recorrido juntos parte del camino.

 

En Una Visión del Mundo les presenté lo que consideraba una parte del escenario mundial que necesitaba ser revisado a la luz del espíritu. Les mostré cómo es que yo veo al mundo.

Esa es mi visión. No pretendí en

ningún momento que la aceptaran totalmente, lo que buscaba tal como lo mencioné era crear en ustedes la semilla de una nueva necesidad: la de meditar.

Este mismo objetivo lo busqué en el ensayo titulado “Un Camino Hacia la Luz”, en él comenté que el ser humano es un ser que nace con una misión luminosa que puede ser vista como 3 caminos:

El camino de honrar a su

cuerpo físico y a través de esa búsqueda honrar a la Tierra, el camino de la felicidad, que es el camino que conduce por la aceptación de quién eres y

de lo que tienes a la vez que buscas mejorarte y superarte; y el camino de honrar a Dios y por lo mismo, estudiar su creación para comprenderlo y honrarlo a través de llevar una vida equilibrada en todos los sentidos.

He comentado que mi propósito al publicar estos manuscritos es iniciar una

“revolución silenciosa”, un movimiento que mueva a la acción en silencio.

Que motive a iniciar una búsqueda por el ser interior de cada quién. Es un camino que se recorre dentro de cada uno de nosotros.

En el manuscrito pasado, hice un llamado a las tradiciones antiguas. Busqué convocarlas a un acto mágico. Necesitamos conectar al hombre del pasado

con el hombre del futuro.

Pero una integración de la humanidad no puede darse pensando únicamente en unir personas de varias latitudes, no se trata únicamente de unir geografías, se tata de integrar la historia con el futuro que todavía no se escribe.

 

Por esta razón tuve que convocar a los guardianes del pasado y los llevé hasta donde estaba el germen de la nueva humanidad: a la juventud.

Pero no a cualquier juventud, no a cualquier joven, los llevé a comunicarse con los jóvenes que serán la luz del futuro.

Así como no todos los días son iguales en la vida de los individuos, así tampoco todos los jóvenes son iguales y representan para la humanidad lo mismo.

 

Hay días que escriben la historia de nuestras vidas, que cambian nuestro destino, así también hay jóvenes que han sido llamados a cambiar el destino de la humanidad.

Y fue a ellos a quienes llamé.

 

Y estoy seguro que el llamado ha sido escuchado.

La revolución silenciosa está en marcha.

 

Hay muchas más personas en este momento meditando y tratando de captar el mensaje de su espíritu… y eso está bien.

Ahora voy hablar con ustedes.

Este mensaje es tuyo, es para ti que lees estas líneas. Aquí no describo lo que ha ocurrido en el mundo ni describo panoramas del pasado o escenarios del futuro.

Te voy hablar a ti. Te hablo al oído, a tu corazón.

No dibujes en tu mente personas extrañas o te imagines situaciones hipotéticas que pudieran servirle a otras personas.

No te digas: “ojala que alguien más leyera esto”, no.

No dejes que tu mente juegue a desplazar culpas o responsabilidades, este mensaje es para ti.

Voy hablar del Hombre, como un término genérico que, por supuesto, incluye a la mujer.

No voy hacer distinciones de género por cuanto le quita agilidad a las ideas que presento.

Cada vez que mencione Hombre con mayúscula estaré

Refiriéndome al ser humano en sus dos versiones de hombre y mujer. Y voy a hablar como si te tuviera frente a mi, que generalmente será así, salvo en los casos que se dé lectura pública a mi manuscrito. Así que prepara tus

oídos y trata de callar un poco a tu mente, deja que mis palabras penetren en tu ser y despierten lo que debe ser despertado. Lo demás será parte de un crecimiento natural que sobrevendrá por el simple hecho de que esto

 

EL SER HUMANO que voy a decirte, nadie te lo había dicho antes en esta forma. Serán el catalizador espiritual que acelerará el crecimiento de las semillas con que fuiste dotado desde antes de nacer.

Es el combustible que tu ser interno necesita para terminar de Despertar.

Por eso voy a hablarte de partes de ti que no conoces pero que reconocerás cuando las escuches en tu voz interior.

Esta será una meditación dirigida.

Porque al leer, estarás repasando tu vida

y tu ser, iluminarás tus alcobas interiores, donde has estado guardando tantas cosas que habías olvidado que las tenías. Vas a revisitar mansiones internas donde has morado antes pero que tu propia vida te ha obligado a dejarlas atrás.

Las vamos a ver con la luz del espíritu. Y te aseguro que vas a comprenderte como nunca antes lo habías hecho.

Al final de este escrito encontrarás una clave. Guárdala celosamente.

Es tuya, de nadie más, no le sirve a nadie, mas que a ti. Es lo que encontraste a lo largo de este taller vivencial, pero te ayudará a vivir una vida llena de

Significado espiritual, te cambiará el futuro.

 

Así pues:

¡Bienvenidos a este viaje por la conciencia!

Inicia la Magia del auto descubrimiento.

Pasa a conocerte.

Yo Soy Melquizedek.

 

 


1. LA TRAMA DE LA VIDA

Antes de venir al mundo tú ya existías.

Que no te importe lo que hayas aprendido en la escuela o en las revistas.

Escúchame bien…

Tú ya existías. Y eras algo más que un pensamiento en la mente de tus padres.

Ya eras tú. Antes de que tus padres te concibieran, antes de que tu cuerpo se empezara a formar… Tú ya eras.

Pero al nacer empezaste un entrenamiento.

Te entrenaron para ser otro ser humano similar a los que ya vivían en la Tierra.

Te programaron para que pensarás

y actuarás como todos los demás.

Por eso perdiste muchas cosas de tus recuerdos.

Por eso dormiste todo aquello que no necesitabas en esta vida.

Mandaste al archivo muerto, al desván del olvido, todos los recuerdos que tenían que ver con tu existencia espiritual.

Poco a poco te fuiste identificando con el personaje que tus padres crearon para ti.

En la gran trama de la vida, tú llegaste para ser un personaje dentro del libreto de tus padres. Tú llegaste como parte de la obra de teatro que tus padres estaban escribiendo para ellos y tomaste el lugar de un personaje que ellos te asignaron.

O tal vez, tus padres no te recibieron y se marcharon pronto y creciste bajo el cuidado de alguien más. No importa, tú llegaste y empezaste a actuar.

Para eso te entrenaron.

Y eso lo aprendiste muy bien.

Tan bien, que te olvidaste que tú eras un actor, no un personaje. Un actor puede tomar varios papeles en su vida. Puede decidir si le gusta tal o cual personaje, puede escoger en qué obra actuar.

 

Pero un personaje está encadenado de por vida a la obra para la cual fue creado.

En el mundo hay muchas obras presentándose.

De hecho, la vida es un gran teatro, con múltiples escenarios.

Cada Hombre está siguiendo su propia obra.

Pero no tiene opciones… porque se cree personaje.

No se da cuenta que es un actor.

Y esto es una tragedia.

Hace mucho, mucho tiempo. Cuando tú eras pequeño o pequeña, alguien Te escogió un nombre. Te lo pusieron como etiqueta.

Nadie te preguntó si te gustaba, sólo te lo escogieron.

Y desde ese entonces, alguien más empezó a delinear tu futuro, decidieron qué serías de grande, cómo sería tu personaje.

Y así te educaron… sembrando semillas de ese futuro que ellos decidieron para ti.

Y nunca te preguntaron.

Y aunque lo hubieran hecho… no hubieras podido contestar nada.

Por eso ahora vives una vida en la que muchas veces te sientes ajeno. Añoras un cambio. Una libertad que no has disfrutado.

Por eso ahora, que lees estas líneas te digo.

Tú eres un actor o actriz.

Tienes la libertad de cambiar al personaje.

Tienes la libertad de cambiar la trama de tu obra de teatro.

Este manuscrito te ayudará a hacerlo si esa es tu voluntad, si decides seguir

Interpretando el papel que ya has tomado, está bien. Esa es tu libertad pero entiende que eres un actor no un personaje. Interpreta el papel que desees,

pero hazlo con la libertad del actor que busca desempeñar el mejor papel de su vida.

Actúa como si fueras a ganar el oscar de la actuación… y nunca…nunca… permitas que el rol que has escogido esclavice tu caminar por el mundo.

Es el actor el que escoge al personaje, no al revés.

 

2. ACTOR O PERSONAJE

Vives en un teatro. Estás actuando tu propia obra. Pero lo haces sin estar consciente.

Y cuando estás con tus amigos ellos te fuerzan a que actúes de acuerdo a sus obras, ellos ya te asignaron un papel. Para ellos tú puedes ser el que los

divierte, el que los regaña, la más atrevida, o la más cautelosa. Estás en sus obras jugando un papel que ellos te colgaron… y tú lo aceptaste.

Pero luego la vida te coloca con tu familia. Y ahí juegas otro rol. Uno diferente. Pero es un rol que cada uno de ellos considera tuyo. Ellos te lo asignaron. Tal vez seas la salvadora, tal vez seas el que provee el sustento,

tal vez el que llama a la cordura o el que castiga. Cualquiera que sea el rol que juegas… tú lo aceptaste. Lo has venido jugando desde hace años. Y tal vez… no desees hacerlo ya más.

Pero no sabes cómo cambiarlo. Porque tú crees que eres el personaje, y un personaje no tiene poder en la obra, el personaje actúa de acuerdo al libreto que el escritor decidió.

Cuando te sientes personaje en una obra ajena eres tan sólo un títere sin decisión, condenado a seguir un libreto ajeno.

Pero cuando tomas conciencia de que sólo tú decides en qué obra actuar, cuando retomas el control de tu vida. Empiezas a escribir tu propia obra y decides en cuáles otras obras actuar.

Es cuando llegan los rompimientos: de relaciones, de promesas sin sentido, de compromisos esclavizantes, rompimientos con el pasado.

Es probable que termines muy lastimado, es probable que el corazón te duela mucho… pero muy en lo profundo… empiezas a saborear el dulce

Sentimiento de la libertad.

Por años sentiste que era importante que todos pensaran que tú eras una persona agradable o valiosa, que pensaran que eras inteligente y trabajadora, alguien responsable, digna de confianza. Eso te llevó a

Esforzarte más de la cuenta. Tal vez lo lograste, conseguiste una posición respetable para todos, o tal vez todavía sigues intentándolo. Pero hoy te digo… tú ya eres importante.

 

Y no necesitas que alguien más te lo diga.

No necesitas actuar de acuerdo a las obras que los demás te imponen sólo para conseguir su aprobación.

No necesitas, que una iglesia te salve, no necesitas que un hombre te ame o que una mujer te respete, no necesitas que tus hijos te teman o que el jefe te admire.

No necesitas actuar en los papeles que a otros les gustaría verte.

Eres libre. Eres actor o actriz. No eres un personaje encadenado.

Primero necesitas darte cuenta de esto.

Saborear ese aire de libertad de poder decidir cómo actuar.

Ver hacia atrás y recordar cuántas veces has tenido que sufrir para mantener ese rol que te asignaron.

Darte cuenta que no por ser la mamá, estás condenada a ser la supermujer que resuelve todo en la familia, o el superpapá que nunca descansa.

 

No por ser el hijo mayor debes cuidar de todos tus hermanos, o por ser el que trabaja debes sostener a todos los que no lo hacen.

Siente la libertad de poder decidir el rumbo que seguirán tus acciones. Naciste libre… pero te encadenaron.

La vida es un teatro donde sobran los papeles y abundan los directores que te persiguen para contratarte. Te cuelgan los roles sin que tú se los pidas y después te acusan de ser mal actor, porque no actuaste como ellos

esperaban que lo hicieras.

 

Te tachan de ser mal amigo, mal hijo, mala esposa, mamá enojona, etcétera… detrás de cada calificativo que te ganas, está un rol que alguien te asignó sin que tú lo supieras.

Y esos calificativos… te preocupan.

Y entonces, modificas tu comportamiento… buscas ajustarte al rol que te reclaman.

Ya no quieres oír que eres mal actor.

Y empiezas a ser un poquito esclavo.

 

Vendiste tu libertad, a cambio de un piropo, de una sonrisa, de un “te quiero”.

Y eso está bien…

Siempre y cuando lo hayas hecho consciente.

No hay nada malo en querer ser la persona ideal para el otro. Siempre y cuando se haga consciente.

Hay esclavitud cuando se entrega la libertad de manera inconsciente y después se sufre por estar encadenado sin saber como librarse.

Hay entrega y crecimiento, cuando la persona por amor o por servicio actúa conscientemente de acuerdo a lo que otra persona necesita.

En el primer caso es el personaje el que sufre… en el segundo es el actor el que triunfa.

Piensa y piensa mucho. ¿Cuántos roles juegas en tu vida que te están haciendo sufrir? ¿Cuántos disfrutas? ¿Cuántos tomaste conscientemente y

cuántos los heredaste o te los asignaron sin preguntarte?

En las respuestas y las decisiones que tomes de aquí en adelante puede estar tu libertad.

 

 

3. HAS SIDO PROGRAMADO

Ahora escúchame con atención.

Cuando naciste, llegaste solo. Tu proceso de nacimiento lo hiciste solo. Aún cuando hayas nacido como gemelo el proceso de nacer lo hiciste solo. Sólo te ayudó la naturaleza. Tu madre que en ese momento tal vez estaba

asustada o fascinada por el milagro que estaba teniendo en su cuerpo, era la única que te acompañaba y trató de hacerlo lo mejor que pudo.

Pero llegaste solo.

Cuando te mueras, lo más probable es que lo hagas solo.

Es otro proceso necesario y parte integral de la vida, que debe recorrerse solo.

Llegaste solo y te marchas solo.

Pero en el transcurso de la vida muchos seres te acompañarán, muchos lo hicieron ya. Algunos fueron importantes y muchos más pasaron sin que tú

los recuerdes.

¿Tienes idea de cuántas personas han estado cerca de ti hasta ahora?

¿Entiendes la trama de la vida?

Todos ellos han sido parte de tu vida, sus vidas se cruzaron con la tuya, algunos sólo unos momentos y otros te acompañaron por más tiempo.

Algunos ya se fueron de este plano y otros lo harán después que tú lo hayas hecho.

En el camino, todos buscaban algo, todos buscaban un lugar en el mundo.

Buscaban ser felices, buscaban encontrar los secretos de la vida. Cómo conseguir sus metas. Tenían una manera de pensar, propia, sentían que la

vida era de una determinada manera. Luchaban, sufrían, reían, te invitaron a ser como ellos, quisieron unirte a sus causas, compartieron contigo momentos que de alguna forma consiguieron enriquecerte… y se
marcharon.

Ahora sigues tú viviendo. En tu propio camino. Luchando por tus metas, por lo que crees que vale la pena. Observando en cada amanecer la gloria de

Dios con la esperanza de que sea un mejor día. Suspirando en cada puesta

de sol, mientras tratas de entender la lección de ese día. ¿Qué se lleva este día?, ¿qué me dejó este día?.

 

Esa es la vida.

Una colección de momentos y lecciones.

Un collar de perlas que encierra en cada una de ellas la semilla de un futuro que intuimos pero que no acertamos adivinar completamente.

Somos felices o soñadores, luchamos por vivir la vida a nuestra manera, intentando convencer al mundo de que hay que cambiar. De que se necesita hacer algo para que las cosas mejoren.

Te entiendo.

Entiendo lo que sientes. Porque vivo dentro de ti.

Entiendo tu angustia, tu desesperación, tu impotencia por hacer entender a los demás la importancia de tomar conciencia de hacia donde vamos como humanidad, como personas, como planeta.

Y te quiero decir… qué está bien que sientas eso.

No eres el único.

Estamos viviendo el Despertar del Espíritu.

Hoy las cadenas de la personalidad que ha escondido al espíritu por tanto tiempo empiezan a soltarse.

El Espíritu comienza a crecer, y siente a la personalidad como un traje demasiado ajustado que le impide moverse libremente.

¿Por qué tengo que limitarme en lo que quiero hacer sólo porque a los demás les va a parecer un poco raro?, ¿por qué debo seguir las reglas que otros impusieron sólo para guardar un poco de lo que ellos llaman las buenas costumbres?, ¿por qué sólo los niños pueden divertirse libremente?, ¿por qué los adultos debemos seguir tantas y tantas normas que fueron

impuestas por alguien interesado en acallar los impulsos naturales de la vida?

En este momento tal vez tu mente esté preguntándose a dónde te quiero llevar.

Pero lo que importa verdaderamente es que sientas lo que te digo. No que tus miedos o tus prejuicios se incomoden por desafiarlos.

Entiende que has sido educado y programado sin descanso desde que eras pequeño.

Ni tu nombre, ni tu religión, ni tu primera escuela fueron decisiones tomadas por ti. Tú no elegiste a tus padres, ni a tus hermanos, tú no
elegiste el país en el que naciste, no elegiste el tiempo en que querías nacer.

Has aprendido lo que tus maestros te han enseñado, lo que los escritores han puesto en los libros que leíste, piensas que piensas, pero tus pensamientos no son tuyos, alguien más los pensó antes. Crees que tomas

decisiones propias, pero la realidad es que has sido acondicionado por todo el entrenamiento que recibiste.

Desde el primer momento en que te etiquetaron, dejaste de ser tú.

Empezaste un entrenamiento que te ha llevado a pensar que eres una persona muy original, cuando en realidad eres el fruto de una sociedad que te ha entrenado para que vivas de acuerdo a sus reglas.

Todo esto, mientras tu espíritu yace dormido o medio dormido dentro de ti.

Ahora, espera un momento.

Respira hondo. Detente en la lectura de este manuscrito que apenas está empezando.

Puedes estar o no de acuerdo con lo que digo.

Pero hay algo que no debes olvidar:

Tus juicios están matizados por lo que has aprendido antes.

A tu mente difícilmente le parecerá agradable darse cuenta de que ha estado viviendo equivocada.

Todo aquello que pensabas era tuyo. Todo ese sentimiento de seguridad que te daba el saber que eras una persona con ideas propias y únicas, que se sabía diferente, que se había esforzado por tener una opinión particular sobre temas importantes. Ahora te das cuenta que lo que has hecho todo este tiempo, es rumiar los pensamientos de otros.

Vivimos en una atmósfera psíquica que nos obliga a compartir las ideas de todos los que han vivido antes que nosotros.

Tomamos lo que nos han dejado las generaciones anteriores y lo trabajamos para adaptarlo a
nuestras necesidades.

No hay conocimiento fresco, nuevo, bajo el sol.

Son las mismas ideas puestas en mentes diferentes.

Sólo lo que viene del espíritu puede ser nuevo.

 

Sólo el espíritu puede conectarse a esa fuente de sabiduría interior, y aportar algo nuevo a la humanidad.

Por eso he estado motivándote a que medites. Meditar es el acto de conectarse con esa fuente de infinita sabiduría que nos llega desde lo más interno del ser y nos deja una sensación de libertad.

Por eso nuestras vidas se van perdiendo a veces en laberintos que no acertamos descifrar. Buscamos los porqués y sólo encontramos más preguntas como respuestas.

Por eso en la trama de la vida a veces nos asombramos de las coincidencias que nos llevan de un evento increíble a otro más increíble todavía. Nos

maravillamos y lo comentamos con otros, pero sin detenernos pensar que esas coincidencias fueron señales provenientes del interno.

De ese espacio

mágico y misterioso donde mora nuestro ser interior.

Ese es el espacio a donde queremos llegar en la meditación.

 

4. LA HIPNOSIS COLECTIVA

Tienes dentro de ti, el poder más grande que un ser humano pueda aspirar.

Tienes dentro de ti, el poder que siempre has deseado.

Pero no lo has encontrado porque lo has buscado fuera de ti.

Entiendo que esa necesidad de sentirte seguro te lleva a buscar donde otros han buscado ya, entiendo que no quieras sentirte solo cuando de decidir tu vida se trata. Entiendo que siempre hayas tomado decisiones preguntándole a tus amigos, a tus padres, al sacerdote o a las personas que estaban cerca de ti cuando había que tomarlas.

Te entiendo.

Por eso te dije antes: cuando naciste lo hiciste solo y cuando te vayas lo harás seguramente también.

¿Sabes? En la vida de las aves hay un momento muy crítico que todas ellas deben pasar. Está en su ley hacer eso. Es un momento donde se juegan la vida. Es cuando vuelan por primera vez.

En ese momento, ellas deben abandonar el nido. Y no tienen más que una oportunidad para hacerlo. O vuelan, o se caen del nido quedando a merced de los depredadores. ¿Puedes imaginar lo que pasaría por la mente de un ser humano si tuviera que hacer eso? Y lo hacen cuando aún son pequeñas.

El ser humano debe aprender a vivir tomando decisiones sólo. Las decisiones basadas en lo que las mayorías hacen, sólo te llevan a ser igual que las mayorías.

Y tú eres diferente.

Sé que desde que tomaste este manuscrito has estado dándote cuenta de que eres diferente.

Los seres humanos son seres entrenados por la sociedad para lograr que la sociedad sobreviva. Y eso está bien.

Por eso en mi comunicado anterior llamé a iniciar una lucha por la Tierra del futuro.

Pero ahora te hablo a ti.

La gran paradoja de este camino es saber que los seres humanos son iguales en esencia y diferentes en manifestación.

Te tengo que hacer consciente de que eres un ser único y diferente a todos los demás para que te apartes del inconsciente colectivo que te ha hipnotizado como a la mayoría de los seres humanos del planeta y entres
en contacto con ese tesoro que te tiene reservado tu ser interior.

Y una vez que lo hayas contactado, te darás cuenta de que todos los seres humanos somos iguales en esencia.

Te aparto de quién tú crees que eres, para llevarte a quién realmente eres.

Sólo que ese camino lo debes recorrer tú sólo. Yo sólo te marco el rumbo.

No estoy aquí para decirte que veneres a tal o cual religión, maestro o corriente filosófica, ni siquiera te pido que te afilies a un movimiento particular, no me interesa contar cuántos están participando de estas

comunicaciones, sólo me interesa que la humanidad como ser colectivo despierte a una realidad superior.

Yo trabajo desde adentro de cada ser humano.

No me interesa trabajar con afiliados, con organizaciones, con mesas directivas o en congresos.

Eso se lo dejo a aquellos que están organizando la difusión de estos comunicados. Esa es su labor. La mía es hablarte a ti. Trabajar contigo desde adentro.

Cuando lo hagas, cuando contestes a este llamado que por ahora hago desde afuera de ti. Entonces estaremos tú y yo juntos. Y tu vida empezará otra vez.

Será el despertar más glorioso que pueda experimentar un Ser Humano.

Y la Magia empezará.

Te darás cuenta del poder tan grande que has tenido todo el tiempo dentro de ti.

El poder de vivir la vida que siempre has deseado. De hacer realidad tus sueños.

Aunque seguramente, lo que hoy aspiras y sueñas cambiará cuando percibas el valor real de las cosas.

Pero ciertas cosas empezarán a pasar cuando te estés acercando a ese

 

Momento.

El mundo te parecerá más interesante y misterioso.

Te parecerá que las cosas empiezan a tomar un color diferente. Que las personas ya no son como eran antes. Notarás algo distinto en su forma de ser.

Empezarás a comprender los motivos ocultos del porque las personas actúan como actúan.

Empezarás a comprender los pequeños porqués de la vida, comprenderás lo que hay detrás de las cosas que te pasan, y un gozo interior empezará a surgir aún antes de que experimentes ese contacto interno con tu alma.

Algunos eventos externos ocurrirán de pronto que están ligados con los propósitos que persigues en tu camino, le llaman sincronías, eventos aparentemente desconectados de pronto se conectarán y te sorprenderá tanto que no podrás sino atribuirlo a este camino que has elegido tomar.

Cosas pequeñas que deseabas intensamente las verás realizadas, personas queridas con las que tenías mucha empatía de pronto te parecerán que ahora son diferentes a ti, mientras que otras a las que no te habías acercado antes, ahora te parecen bastante más interesantes.

El mundo te parecerá diferente, pero no lo es. El mundo sigue siendo el mismo, eres tú el que ha cambiado… y eso está bien.

Esto querrá decir que estás caminando.

Ese es el sendero del auto descubrimiento. Ese es el camino que te vengo proponiendo.

Es por eso que estoy aquí.

Es por eso que te vengo hablando en lo personal.

Basta ya de seguir preguntando a la gente lo que debes o no debes hacer.

Basta ya de que sigas verdades ajenas y las creas al punto de ajustar tu vida a lo que ellas te marcan.

Basta ya de que vivas una vida que no es tuya, sólo porque alguien lo dice.

Es el momento de encontrar tu propio camino.

Es el momento de que medites y te descubras detrás de las etiquetas.

Detrás de las verdades compradas, detrás de la hipnosis que te ha tenido inconsciente por tantos años.

Dentro de ti están todas las puertas.

Pregúntate: ¿qué quiero para mi?, ¿cómo quiero vivir mi vida?, ¿qué es lo que vale la pena que busque?, ¿qué es lo que me dice mi ser interno?

Y cuando ese ser interno te conteste… síguelo.

Sólo así podrás darte cuenta de que es real. Eres tú, el verdadero tú. El que se quedó encerrado cuando te enseñaron que tú eras Juan, o María o como

te hayan puesto la etiqueta.

No importa si al principio, no escuchas bien, y sientes que te equivocaste, no importa si de pronto tu ser interior te pide algo un poco irracional, lo que importa es que ya estás en comunicación con él.

Si hay alguna patología psicológica en tu mente y de pronto escuchas voces diciendo locuras como que debes destruir algo, o manchar alguna pintura famosa… ten por seguro que no es tu ser interior.

Tu ser interno, jamás te pedirá algo que complique tu vida. Jamás pondrá en peligro tu vida ni la de los demás. Jamás te pedirá que hagas algo violento o que viole el derecho de los demás a pensar como ellos lo deseen.

¿Te das cuenta que en ningún momento te estoy obligando a que hagas lo que te pido?

Hay leyes universales que impiden violar el libre albedrío de los seres humanos y por esa razón a esto le estoy llamando una revolución silenciosa, porque es una revolución que inicia en el interno y se propaga al

exterior cuando el ser consciente de sus actos, cambia su conducta y empieza a formar una nueva sociedad.

Pero siempre a través de la armonía y congruencia entre su paz interior y la conducta firme y consciente de su personalidad.

 

5. EL TEMOR

Hay mucho temor guardado en tu inconsciente.

Tu mente ha venido alimentándose de una gran dosis de temor.

Cuando eras pequeño te asustaban con personas que robaban niños o con monstruos, te asustaban con demonios o con fantasmas.

Un poco más grande te asustaron con las cosas que pasan en la vida. Con las drogas, con las enfermedades, con la policía, con todo aquello que podía

detener tu tendencia normal a experimentar fuera de los límites establecidos por la sociedad.

Tal vez ahora de grande, tus mayores temores sean cómo educar a tus hijos para que no se pierdan en el camino, cómo guiarlos ahora que los sientes un poco descarriados.

Tal vez ahora comprendas por qué tus padres te educaron infundiéndote temor. La misma impotencia que sientes al no poder controlar el crecimiento de tus hijos, es la misma impotencia que ellos sintieron

tratando de educarte a ti.

Y el temor es el arma más efectiva para controlar una vida.

Y ese temor ha crecido contigo.

Ahora lo ves real. Son tus fantasmas nocturnos.

Son los que aparecen cada vez que tus seres queridos se tardan más de la cuenta en llegar a tu casa. Son los mismos que cruzan por tu mente cuando

te preguntas qué pasará con tu hija o tu hijo cuando crezcan. ¿Llegarán a estar bien cuando tú no estés cerca?

Son esos fantasmas los que te impiden cruzar las líneas que te marcaron tus mentores espirituales.

Esos son los muertos vivientes que te atormentan porque tú les diste cabida en tu mente y no los has expulsado.

El temor es el más grande enemigo de la humanidad.

Y el arma de los que te controlan.

 

La iglesia te controla con el temor.

El gobierno te controla con el temor.

Tus hijos o tus padres te controlan con el temor.

Tus jefes o tus empleados te controlan por el temor.

Y las noticias de la televisión o del periódico te atrapan por el temor.

Es el temor y sólo el temor el gran enemigo de la libertad.

Por eso hoy te digo que al temor se le vence actuando.

¿Quieres aprender a vivir libre de temores?

Aprende de tus niños. Obsérvalos cuidadosamente. Ellos viven en libertad.

Haz la prueba un día, un solo día.

Obsérvalos sin decirles “No”, déjalos que actúen.

Observa cómo enfrentan la vida. Obsérvalos cómo actúan para aprender mientras se divierten.

Su vida es eterna diversión, está en su naturaleza divertirse y aprender.

Ellos saben lo que hacen porque están siguiendo sus impulsos naturales, todavía no están contaminados por el temor.

Han sido dotados por la propia naturaleza de un sentido común que los protege de algunos peligros, por supuesto que no de todos, pero ellos viven felices mientras aprenden.

Ni se angustian por lo que pasará mañana, ni sienten remordimiento por cosas que hicieron ayer. Viven su presente.

En cambio tú.

Te han enseñado que debes planear tu vida para evitar que te vaya a pasar tal o cuál tragedia. Tienes que planear tu futuro, decidirlo, angustiarte

porque debes resolver las cosas antes de que ocurran.

Y también has aprendido que debes repasar tus equivocaciones para que puedas sufrir nuevamente y experimentar el dolor de haberte equivocado

cada vez que te sea posible.

Tal vez nadie te lo haya enseñado exactamente con estas palabras, pero lo haces frecuentemente.

 

Tu mente se la pasa viajando entre el pasado que no puedes cambiar y el futuro que no ha llegado… sólo para sufrir.

Todo esto mientras el presente se te escapa de las manos perdiendo la oportunidad de aprender las lecciones que están pasando frente a ti.

Haz una contabilidad de todos tus temores.

Anótalos en papeles separados.

Descríbelos cuidadosamente sin extenderte mucho.

Cuando ya los tengas todos. Sal al aire libre, donde haya un poco de sol y hazte las siguientes preguntas.

a. ¿Es racional este temor? ¿Realmente puede ocurrir? Si la respuesta es si. Hazte ahora la siguiente pregunta.

b. ¿Qué haría si esto pasara?

c. Una vez que te contestes, pasa al siguiente papelito.

Continúa con todos ellos hasta terminarlos. Ahora sabes lo que harías si ocurriera cada uno de tus temores más grandes.

Pregúntate: ¿Se terminó el temor? Pues ahora ya tienes respuestas para cada uno de ellos.

Si, como supongo, los temores no se han terminado acabas de descubrir la verdadera naturaleza del temor.

El temor no se vence razonando.

A una persona no la puedes convencer de que temer es algo irracional.

Por eso te digo que al temor se le vence actuando.

Si tienes miedo de hacer algo, hazlo. Sólo así podrás vencerlo.

De la misma manera como venciste el temor a ahogarte mientras aprendías a nadar, o el temor a chocar mientras aprendías a conducir un auto, o el temor a caerte mientras aprendías a patinar. Al temor se le vence actuando.

Ahora te digo. Medita. Medita. Medita.

No tengas miedo de no recibir resultados o de que lo que recibas esté fuera de contexto.

No tengas miedo de ti.

Hazlo. Cierra tus ojos, o contempla una puesta de sol, pon música o incienso, entra en una iglesia o acomódate en tu sillón favorito, pero medita. Habla con tu alma. Ella te está esperando.

El Universo entero sabe que algún día tu alma te llamará y tú responderás.

Es un evento que está marcado en tu ADN espiritual. Es parte del crecimiento que tendrás en el futuro. No pospongas algo que sientes venir.

Yo sólo soy el que te está recordando tu camino.

Tú sentiste el llamado.

Tú preguntaste qué debías hacer.

Ahora te estoy contestando.

El temor sólo es un arma que todos los seres humanos han usado para proteger a la especie para su supervivencia. El temor tiene esa función,

pero no dejes que se vuelva tu carcelero.

¡Libérate!

 

6. TUS SECRETOS

Hay dentro de ti secretos que sólo tú puedes descubrir.

Secretos que le pertenecen al ser humano como especie.

Secretos que esperan pacientemente a que un ser humano acierte a descubrirlos para luego ser difundidos y pasar a ser patrimonio de la humanidad consciente.

Estos secretos han sido colocados ahí por los mentores de la humanidad.

No me refiero a seres espirituales o místicos.

Me refiero a los grandes sabios que han escrito los más valiosos libros que la humanidad posee.

Aquellos que han configurado el saber humano. A los grandes filósofos, a los grandes científicos, a los grandes líderes espirituales que han marcado rumbos en la historia de la humanidad.

Todos ellos han depositado dentro de ti las semillas de la más alta sabiduría que alcanzaron cuando estuvieron entre nosotros.

El saber universal no está escrito en lenguaje verbal. Ese ha sido un instrumento que los seres humanos hemos inventado para transmitir conocimiento a las mentes.

El saber universal, el que permitió a la raza humana triunfar sobre sus depredadores está inscrito en el ADN celular.

Pero hubo un tiempo en que el ser humano compitió por la sobrevivencia y el dominio de su entorno. Y esa lucha ya acabó.

Ya no se lucha más contra los animales carnívoros o contra los elementos.

Esa lucha terminó.

El enemigo del Hombre es ahora el propio ser humano.

Ni siquiera las enfermedades representan para el ser humano un enemigo poderoso. A nivel especie, el ser humano ha sido dotado con las armas necesarias para vencer a las epidemias aunque a veces le cueste miles de

vidas.

Ahora el principal enemigo del ser humano es él mismo.

Y es necesario entender que a esa amenaza sólo se le puede vencer a

través de crear conciencia de quiénes somos y qué buscamos en el mundo.

 

El egoísmo no es sino otra forma de inconciencia. La ambición y deseo de poder ha llevado al Hombre a atentar contra la vida de sus hermanos en un

Monumental acto de estupidez. Y esto no es sino una forma de inconciencia.

Por eso ahora estoy llamando a una revolución silenciosa.

Una revolución de conciencia.

Un movimiento que no aspira a ser dirigido por líderes visibles.

Una organización como no ha existido otra en la Tierra.

Es un movimiento de las masas conscientes de la humanidad.

Habrá quien sospeche que detrás de este movimiento se esconde alguien que reclamará el poder al final, cuando sea evidente que el movimiento ha ganado presencia en el mundo.

Y ¡claro que lo habrá!, pero no para reclamar el poder, ni para reclamar riquezas, ni para reclamar reflectores.

Eso es algo que me tiene muy sin cuidado.

Lo importante es que cuando haya un grupo consciente actuando en la Tierra, con el número suficiente de personas, algo pasará en el mundo.

De hecho ya está pasando.

Eso fue lo que me permitió llegar.

Y eso es lo que estoy haciendo. Acelerando este despertar a la conciencia de quiénes somos.

Por eso te digo que tienes secretos guardados que sólo tú puedes descubrir.

Y me interesa que los descubras lo antes posible.

De nada sirve que yo los revele. Se volverían verdades ajenas con el mismo valor que el que tienen las verdades que has aprendido en los libros que has leído.

No me refiero a esas verdades.

Me refiero a los secretos que descubrieron los grandes hombres del pasado

y que guardas en forma de cadenas bioquímicas en tu cerebro.

Hay ciertas ideas sembradas por el inconsciente colectivo dentro de ti.

Pertenecen a la sabiduría universal a una entidad psicológica colectiva que gobierna sutilmente el comportamiento de las masas humanas pero que se

disuelve cuando buscas estudiarla a nivel individual.

 

 

Lo que han descubierto los grandes de la antigüedad se va transformando en cambios a nivel bioquímico, en pequeñas fisuras a nivel cerebral que influyen en los caminos neuronales que siguen los impulsos eléctricos

cerebrales y te hacen pensar en determinada forma.

Por eso el conocimiento de la antigüedad va quedando guardado en cierta forma dentro del cerebro humano y en ocasiones puedes encontrar las mismas verdades que los sabios antiguos descubrieron, y lo haces siguiendo

tus propios caminos.

Ésos son secretos que sólo se descubren en meditación.

Y en esos secretos están guardados tanto las deliberaciones de Sócrates, como las de Jesucristo o Buda.

El pensamiento de Einstein tal vez no lo tengas en tu DNA por ser reciente y no estar en la línea ascendente de tus antepasados pero la influencia que sus ideas tuvieron te afectan de muchas formas y sus aportaciones son del

dominio público por lo que es probable que también tengas parte de su saber.

Eres el depositario de todo el saber de la humanidad.

Y sólo te falta meditar para descubrirlo.

Cuando lo hagas y empieces a sentir las bondades de conectarte contigo mismo. No esperes desarrollar teorías cuánticas o escribir discursos sobre la

“Crítica de la razón pura” 1, aspira a tener esa paz interior que te prepara para observar al mundo y que deja la mesa puesta para que tu ser interno se revele en toda su plenitud.

Ésa es la meta que buscamos.

Ése es el propósito que sigo cuando te pido que medites.

Déjame decirte que existe un gran número de seres humanos que ya pertenecen a esta porción consciente de humanidad. Que ya han despertado a esta sabiduría interna y forman parte del círculo más pequeño

que observa y trabaja desde adentro.

Ellos te están esperando también.

No los hagas esperar.

1 “Crítica de la Razón Pura” libro del filósofo alemán Immanuel Kant.

 

7. ¿QUIÉN SOY?

Te voy a leer tu futuro.

Esto es algo que te interesa.

Porque al leértelo te voy a empezar a encaminar por el sendero que deseo mostrarte, el mismo que he venido mostrándote desde que me empezaste a leer.

Tú eres un ser que desea la luz, la verdad, que busca a su manera todo lo que los seres humanos han buscado desde el principio de los tiempos.

Tienes muchas interrogantes y este escrito va a contestarte algunas. Habrá otras que tengas que contestar tú sólo.

Al igual que los demás hermanos de tu raza, tú eres un ser de luz que aspira a encontrarla fuera pero que sabe que la lleva dentro.

Estás atento de lo que ocurre en el mundo porque te interesa, pero buscas afanosamente dentro de ti, en tus cavilaciones los porqués de lo importante que ocurre fuera.

Has leído mis otros escritos y te han intrigado, sientes que son diferentes a los demás que has leído pero no sabes porqué.

Te intriga saber si yo estoy vivo o si soy una entidad como tantas otras que pasan comunicados desde el mundo espiritual.

Te inquieta que afirme cosas como si fuera parte de tu mundo pero a la vez las afirmo como si fuera alguien que las ve desde el mundo espiritual.

Y tu inquietud nace de que mis palabras desafían tus paradigmas.

Si yo afirmara que soy una entidad espiritual tú te quedarías muy tranquilo,

pensarías que todo está bien, que ya lo habías adivinado y por lo tanto clasificarías estos comunicados en el cajón que tienes en tu mente con un

rótulo: “cosas que se anuncian y que algún día pasarán” entenderías que tu responsabilidad está limitada a estar enterado de lo que se dice en estas

líneas y seguirías viviendo igual como hasta ahora lo has hecho. Tal vez pondrías más interés en ellas y hasta las recomendarías como algo bastante bueno para tus compañeros del camino.

Pero si por el contrario, aceptas que yo soy alguien como tú. Que vivo en el mismo plano que tú. Entonces soy alguien que ha venido a desafiar todo lo

que tú sabes; tus pensamientos discurrirían más o menos así: ¿cómo un ser humano como yo puede afirmar todo lo que afirmas con esa autoridad que

dices tener? ¿cómo te atreves a poner en tela de duda lo que he aprendido antes? ¿Cómo osas decir que algunos de los caminos que hoy por hoy han

demostrado que funcionan están equivocados? Hablas como si sólo lo que,tú dices fuera cierto, y todos los demás estuvieran equivocados.

El simple hecho de llamarme Melquizedek ha desafiado lo que tú creías que sabías.

Pero…

Yo no obligo a nadie a que crea lo que digo.

Yo no te fuerzo a que leas lo que estás leyendo.

Ni fuerzo a tus pensamientos a que te inquieten de la forma como lo hacen.

Yo te avisé que mis palabras iban a remover trozos de ti que pensabas ya resueltos. Que iban a poner a prueba lo que tú pensabas que sabías.

Y ése es mi propósito.

No puedo colocar encima de verdades equivocadas las verdades que he venido a traerte.

No resistirían.

Hay muchas cosas que se han venido diciendo sobre el mundo espiritual que necesitan ser corregidas.

Ya llegó ese tiempo.

Pero no me toca hablar hoy de las verdades espirituales equivocadas, ni de las entidades supuestamente espirituales que han venido guiando a algunos

hermanos con gran capacidad de creer.

Mi propósito no es generar comunicados que como noticieros, sólo anuncian cosas que nunca pasan pero que mantienen al espectador atento a su computadora. No soy amarillista, en el sentido en que el público califica a los que dan anuncios espectaculares.

Mi propósito ya lo he anunciado, estoy aquí para iniciar una revolución silenciosa y para esto estoy dando instrucciones que permiten a los que las siguen descubrir dentro de ellos el verdadero saber espiritual. El que nace dentro de ellos, no el que viene por emisarios de dudoso origen.

Sí, he venido a desafiar cosas que crees saber, pero no te preocupes, la única que se angustia es tu mente, no tú. Tú eres un ser que posee la verdad dentro de ti. Ésa es la verdad que deseo despertar. Aunque para eso

requiera primero hacer un poco de higiene mental.

He tenido que remover tus verdades más profundas, porque era necesario que pusieras en duda tus paradigmas si de verdad querías tener la flexibilidad que se requiere antes de poder iniciar un crecimiento interior.

He tenido conversaciones con muchos de ustedes maravillosas.

Los he escuchado. A todos aquellos que me han llamado: sepan que los he escuchado. También les he contestado, pero estamos en el proceso de que aprendan a reconocer las respuestas. Estoy tan cerca de ustedes que han

sentido mi presencia y eso los confunde más, como si al hacer las prácticas que he recomendado sólo las hicieran para demostrar que yo estoy equivocado.

Pero no soy una entidad espiritual en el sentido que ustedes le dan a la palabra. Soy tan real como ustedes y tan espiritual como ustedes. Creo que estarían más contentos si pudieran ver una fotografía mía, o tal vez si Pudieran hablar conmigo con palabras de boca a oído.

Yo también lo estaría. Estaría muy contento de que todo esto pudiera acelerarse y pudiera estar con ustedes compartiendo momentos juntos.

Pero no vine a pasar días de campo o reuniones de fraternidad donde simbólicamente se hagan cosas para mejorar al mundo.

Vine a trabajar.

Por cientos de años, por miles de años, he estado trabajando junto con ustedes.

Y hoy he venido para estar con aquellos que son trabajadores conscientes, más interesados en trabajar que en “sentirse cerca de un maestro”.

Para generar esos sentimientos pueden recurrir a otros cuya función ha sido esa.

Mi papel es otro y no voy a generar expectativas falsas.

Por el momento y hasta en tanto no pasen cosas que estoy esperando que pasen, mi lugar de reunión con ustedes será el ser interior. Ahí, en ese lugar en donde los he venido citando desde el primer comunicado.

No espero aparecer públicamente hasta en tanto no se generen ciertas condiciones que necesito. Vuelvo a afirmar: no tengo conexión, ni liga alguna con algún otro Melquizedek que haya llegado hasta ustedes antes

que yo, ya sea en forma de persona o de organización. No juzgo sus trabajos, ni su labor. Ellos son libres de seguir su camino.

Lo que sí afirmo y esto es para aquellos que lo han preguntado muchas veces. Yo Soy Melquizedek. El responsable de la evolución de la humanidad.

Entiendo que han aprendido muchas cosas sobre las cuestiones espirituales, entiendo que han escuchado mucho sobre jerarquías y entidades espirituales que tal vez estén siendo desafiadas aquí.

Lo entiendo y por esa razón voy a dedicar el último de mis escritos de esta primera fase 2 a ese tema.

2 Éste es el cuarto comunicado del MVM Melquizedek, él ha anunciado que sólo publicará 5, el último lleva por título “El Mundo Superior” a partir de ahí, él pasará a otra etapa de su trabajo.

 

Por el momento me interesa que recuerdes que todo lo que he dicho lo he dicho para ti.

Me interesas tú.

No tu mente, ni sus conflictos, ya has tenido bastantes a lo largo de tu vida como para que este nuevo conflicto entre lo que creías saber y lo que ahora te digo, te inquiete.

Estás suficientemente entrenado para resolverlo. Y lo necesitarás hacer si en verdad esperas tener esa claridad mental que se requiere para escuchar tu voz interior.

Cuando te he hablado de ti, de tus anhelos y sufrimiento, de tus inquietudes y tus miedos te has identificado plenamente. Siempre que te hablado de tu corazón no has tenido problemas en identificarte, pero cuando desafío lo que creía tu mente saber, te mueves y te sientes agredido. Tranquilízate… es sólo tu mente defendiendo su ingenua ignorancia. Siempre actuará así.

Ella sólo se preocupa por poner orden en lo que cree. Ella tiene la función de hacerte sentir seguro, para eso es tu mente y si de pronto tiene que aceptar que yo estoy aquí, eso le va a traer muchas inquietudes porque te obligará a hacer algo.

¿Para qué sigo estudiando otras religiones, otras filosofías si ya llegó aquél a quién esperaba?

¿Si pertenezco a una escuela que no acepta a Melquizedek, qué voy a hacer yo?

Si el responsable de la humanidad ya llegó. ¿Qué tengo que hacer? ¿lo

busco?, ¿me espero?, ¿lo pregono? Si siempre me he considerado un buscador espiritual y ahora viene alguien a decirme que él sabe lo que todos andamos buscando. ¿Dónde queda mi camino?

Todas estas preguntas están inspiradas por una mente que teme.

Cambiar es algo que inspira temor. Lo sé. No te preocupes.

Por eso he querido hacer más fácil tus decisiones, pidiéndote, que me busques ahí, donde no puedes temer. Dentro de ti. Es el lugar más seguro que tienes. Sólo ahí puedes estar seguro que lo que pase es tuyo. Pues ahí

se generó: dentro de ti. Todo lo demás que hayas escuchado afuera, todo lo que has aprendido de otros, todo lo que hayas leído, ha venido de fuera. No es tuyo… aunque tu mente piense que sí.

 

8. LA SEÑAL MÍSTICA

Pero tengo que hablarte de tu futuro.

Porque en este comunicado, el cuarto de la primera serie de cinco que anuncié, busco atraer hacia mi a todos aquellos que venían esperando una señal mística.

Vine para todos aquellos que me esperaban. Estoy aquí para júbilo de los que sabían y para pesar de los que creían saber.

Tu espíritu sabe. Tu mente lo intuye. Yo Soy el que esperaban.

Soy el heraldo que llega anunciando la gran edad de oro.

He venido para preparar el camino.

Pero no dejes que tu escaso entendimiento de las señales te confunda.

No soy el anticristo.

Ése ya vino y se fue.

Y fue muy efectivo lo que hizo.

Llenó de confusión tu mente y tu corazón.

Ahora hay una serie de voces con autoridad clamando a los cuatro vientos que la verdad la tienen ellos, sólo ellos.

El problema es que esas verdades colisionan con las que otros dicen tener. Y en medio de este mar de confusiones tu mente busca desesperadamente aferrarse a algo que le dé seguridad.

Por eso se resiste a aceptar que el momento ya llegó. Aun cuando internamente anhele participar en la fiesta de bienvenida. Pero ya estoy aquí. Yo Soy Melquizedek, el mismo que inauguró el sacerdocio místico en el principio de los tiempos. El que ha tenido bajo su resguardo la semilla del Hombre. El que ha venido a preparar el camino para que el Padre tome posesión de su reino.

No trabajo en el mundo público.

Trabajo en el mundo interior.

Ése es mi lugar de reunión preferido contigo.

Ése seguirá siendo nuestro lugar de reunión. Por un tiempo. El gran problema que debes resolver en tu mente es: ¿qué harás ahora que sabes que estoy aquí?

¿Cambias?, ¿me sigues?, ¿a dónde?, ¿dónde estoy realmente?

Vuelvo a repetir… no te preocupes. No tienes que cambiar nada de manera drástica.

Sólo medita.

Hazlo intensamente. Hazlo con la misma pasión con que buscarías encontrarte con tu amada o amado después de una larguísima espera.

Porque cuando llegues a ese místico lugar algunas cosas pasarán.

Tu vida no será la misma.

Ya tendrás tu propia luz interior.

Las palabras de los que te han venido guiando te sonarán huecas. Sin esencia. Sin contenidos.

Te llenarás de esperanza y verás las cosas con la claridad de una mente libre.

No con la mente del que se atemoriza al escuchar a personas que sin conocerme me critican.

Es fácil decir que yo no existo.

Es fácil hablar de lo que no se conoce.

Pero son palabras inspiradas por el temor.

El reinado de la oscuridad está por terminar.

El reinado de aquéllos que supuestamente creían saber lo que decían está por terminar, y ahora sólo quedará la luz para iluminar.

No temas. Entiendo que buscas discernir entre lo que sientes que es cierto y lo que escuchas en contra mía.

Observa y escucha.

Ve si ellos, los que me critican, pueden hablar sin el temor en sus caras.

Escucha si sus verdades pueden contradecir las que yo te he dicho.

Observa y escucha.

Y después deja que tu corazón juzgue.

Luego. Cuando tu mente te diga que esto no puede estar pasando.

Escucha y siente.

Escucha a tu mente y a sus argumentos. Y analiza si las verdades que esgrime en contra de esto que lees son verdades auténticas o aprendidas de otros caminantes iguales a ti. Analiza si son verdades propias o ajenas.

Y luego siente si tu mente habla y se resiste por el temor a creer, o porque sinceramente es demasiado bueno para ser cierto.

Porque estás a punto de dar el paso definitivo.

Tus crisis de conciencia sólo están anunciando que estás a punto de pasar a ese estado mental de aceptación donde podremos finalmente comunicarnos sin trabas.

Esfuérzate por meditar todos los días a la misma hora. Tú escógela.

Sólo deja que tu mente sueñe un poco con el encuentro. Imagina cómo será ese encuentro, deja que tu mente viaje en la imaginación y no importa lo que ella te invente para ti. Lo que importa es que estemos cerca, lo suficiente para que puedas recibir mis respuestas a tus preguntas.

Escoge una pregunta, la que más te interese… lánzala desde el corazón. Con la fuerza del amor. Recuerda que el amor es el más grande de los sentimientos que puede un Hombre generar. Es lo que sublima al ser humano.

Es el Amor el que construye puentes y ventanas, como es el temor el que las cierra.

Pero ahora, es el momento de que abras tu mente libre de prejuicios, con el amor de tu corazón como llave. No importa que seas ministro de iglesia, no importa que te hagas llamar como yo, no importa que tu pasado esté lleno de mentiras o de deseos insatisfechos, no importa que hasta ahora no hayas sido alguien importante según tú... Yo he venido por todos.

He venido por todos aquellos que esperaban mi llegada.

Más tarde vendré también por los demás.

Por ahora necesito crear una revolución silenciosa. Estoy agrupando a mi pueblo y al pueblo de mi Padre.

Mi pueblo es el que me esperaba.

El pueblo de mi Padre es todo el mundo.

Con mi pueblo iniciaremos la revolución silenciosa.

Con el pueblo de mi Padre iniciaremos la Ascensión.

Mi Padre y yo somos uno.

Mi pueblo y el pueblo de mi Padre son el mismo pueblo.

Hay un solo corazón palpitando en el mundo.

Hay una sola anima mundi. 3

Hay un solo camino que hoy se ha abierto.

Y ese camino pasa por el corazón de mi pueblo.

Por eso es desde ahí que debo hablarles.

Por eso es ahí donde se hace la cita mística del hijo con el Padre.

Por eso les he pedido desde el principio que mediten, mediten y mediten.

La ciudad de las 7 colinas ha quedado en el pasado.

La bestia que todos temían hace tiempo que se retiró.

El mundo ha pasado por el Apocalipsis y lo siguen esperando como si fuera permanente.

Pierdan el miedo. Sacúdanse el control. Es la hora de la libertad.

Es la hora del júbilo.

Es la hora de meditar en el amor.

3 -Del latín: anima mundi que significa “alma del mundo”. Expresión antigua usada por los filósofos y alquimistas, para referirse a la esencia divina que habita y energiza toda la vida en el universo tangible y recorre toda la escala de creación material, desde el micro hasta

el macrocosmos, y esto incluye al planeta y sus habitantes de todos los reinos.

 

9. EL REGALO

Este es tu regalo:

Hace millones de años una luz bajó de los cielos.

Era una luz maravillosa.

Bella y pura, pura y bella.

Había nacido del decreto mismo de Dios.

Ese decreto del que habían nacido todas las cosas.

Un Fiat Lux 4 poderoso que había partido en dos al Universo entero.

Una majestosa lluvia de colores apareció de pronto en medio de la oscuridad que envolvía a todo lo que había…aunque ese todo no era nada.

Era la primera palabra pronunciada en el Universo.

Y de esa palabra surgió la luz.

Una luz que primero apareció completa, blanca, majestuosa, pero que muy pronto empezó a tomar colores y formas y sonidos.

Las luces se separaron, se volvieron multicolores, danzaron con música celestial en torno al que las había convocado.

Era una majestuosa fiesta de colores y sonidos que sólo podía disfrutar

Aquél que la había creado.

Pero el Universo esperaba.

Sólo era un rincón el que estaba de fiesta. Más allá, sólo un poco más allá,

había oscuridad.

Y eso fue lo que percibió el Creador.

4 Fiat Lux: Orden verbal de Dios que se traduce como: “¡Hágase la luz!”. Esta frase “Fiat

Lux” proviene de la traducción al latín de la versión griega de la Biblia, que a su vez fue la traducción de la hebrea (ver Génesis 1:30).

 

Por eso hubo un momento de espera. De meditación. De contemplación creativa.

Y otra palabra fue pronunciada.

Y las luces partieron presurosas a iluminar al Universo entero.

Fue una gran explosión.

Como de millones de soles.

Y el Universo nunca fue el mismo jamás.

Ahora había estrellas y galaxias.

En cada galaxia había millones de soles.

Y cada sol podía emanar millones de luces.

Y de uno de esos soles, partió nuestra chispita.

Y viajó y viajó, por millones de años.

Hasta que un día, descendió a su hogar.

Era un bello planeta… De color azul.

Con nubes y mares, con bosques y montañas.

Y ahí, se enamoró. Era la casa de su Padre.

Era la casa que le había regalado.

Y entendió muchas cosas.

Había llegado con otras chispitas. Juntas deberían cuidar de esa casa.

Deberían hacerla bella y completar todo lo que el Creador les había indicado

que hicieran.

Tenían, pues, una misión.

La misión de hacer de esta casa un lugar como Dios la quería.

Cuando eso ocurriera… él las visitaría.

Dios mismo bajaría para estar con ellas y disfrutar juntos de eso que ellas  habían construido, para Él.

Y entonces trabajaron afanosamente.

Por millones de años.

Y como parte de ese trabajo. Nacieron nuevos animales y nuevas plantas, nacieron los seres humanos y las ciudades. Y las chispitas, se metieron en los cuerpos de algunos hombres y mujeres…

y convivieron con los otros hombres y mujeres que habían nacido de otras chispitas que no habían hecho el mismo viaje.

Pero todos juntos disfrutaban del mismo bello planeta azul. Hasta que algunos empezaron a recordar que había que preparar la casa para que la visita que Dios había prometido pudiera darse.

Y entonces el trabajo empezó a acelerarse.

Hubo un gran alboroto y alegría. Dios venía de visita.

Algunos querían trabajar pero otros decían que era una mentira. Que Dios no podía bajar a un planeta tan insignificante. Si no lo había hecho durante

tantos años, no lo iba a hacer ahora.

Entonces, sólo unos cuantos empezaron a trabajar.

Y otros muchos a criticar.

Hasta que el tiempo los alcanzó.

Y bajó el enviado que Dios había mandado para que preparara las cosas.

Y ese enviado llamó a los que sabían de la visita para organizar todo.

No llamó a los que no creían. ¿Para qué? …ellos no creían.

Sólo trabajó con los que sabían que Dios venía.

Lo primero que hizo fue ver como estaba el mundo. Fue su primera visión.

De ahí reconoció a los que sabían y estaban trabajando para que Dios llegara pronto.

Luego decidió, marcar un camino. Eso era importante porque había mucha confusión y muchas voces que hablaban al mismo tiempo y decían muchas barbaridades.

 

Después hizo un llamado a los que recordaban. A las chispitas que todavía vibraban dentro de los hombres y las mujeres. Los llamó para que hablaran a las nuevas chispitas que empezaban a crecer, y les dijeran que el tiempo de la visita había llegado.

Que había que arreglar la casa.

Después consideró que había que hablarles a todos, aunque no entendieran mucho, pero era necesario que se sacudieran algunas cosas que tenían en sus mentes y los confundían.

Al final, en su último mensaje. Este enviado, quiso dejar claro cómo eran las cosas en el cielo. Tuvo que quitar algunas máscaras. Y hubo muchos que se enfadaron. Se sintieron agredidos. Porque sus mentiras eran bellas y les daban muchos seguidores. Los hacía sentir importantes.

Pero no podía haber algo más bello que la verdad. Y la luz no puede convivir con la oscuridad.

Después, sus palabras cambiaron, el trabajo había empezado.

Ya no iba haber más llamados.

El grupo de chispitas originales había sido identificado.

Todas ellas trabajaban juntas con la misma alegría que sintieron en aquél mágico momento cuando Dios las había creado.

Ahora estaban ocupadas preparando la visita.

Mientras otras muchas chispitas, sin saber lo que pasaba seguían jugando a inventar historias donde la fantasía y el error, se combinaban para divertir a todos.

Yo Soy Melquizedek

*********

YO SOY AMOR
YO SOY AMADO/A
YO ESTOY ENAMORADO/A
DEL AMOR
YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
YO SOY UNA UNIDAD CON LA LUZ
YO SOY UNA UNIDAD CON EL ESPÍRITU
Gemma & Ismael
Emisarios del Amor y de la Paz
                                  

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Meditación no es trabajo, meditación es PURO ÉXTASIS!!

VIPASSANA


Hay cientos de métodos de meditación pero quizás el vipasana tiene un status único, del mismo modo que ha habido miles de místicos; pero Gautama el Buda es una singularidad en sí mismo. Es incomparable; de muchas formas ha hecho más por la Humanidad que ningún otro. De muchas maneras su búsqueda de la verdad fue más sincera, más auténtica que la de ningún otro.
Esta es la meditación a través de la cual Gautama el Buda se Iluminó. La misma palabra, vipasana, en pali, la lengua en la cual Gautama el Buda habló... El sentido -el sentido literal- de la palabra es «mirar» y el sentido metafórico es «ver», «observar».
Gautama el Buda escogió una meditación que puede ser llamada la meditación esencial. Todas las demás meditaciones son diferentes formas de observación, pero «el observar» está presente en toda clase de meditación como una parte esencial; no puede ser omitido. Buda ha suprimido todo lo demás y se ha quedado sólo con la parte esencial: el observar.

Hay tres pasos en la observación.
Buda es un pensador muy científico. Empieza con el cuerpo, porque es lo más fácil de observar. Es fácil observar mi mano moverse, mi mano alzarse. Puedo observarme a mí mismo paseando por la calle, puedo observar cada paso mientras camino. Puedo observar cuando yo estoy comiendo. O sea, que el primer paso en el vipasana es observar los actos del cuerpo, que es el paso más sencillo. Cualquier método científico empezará siempre por lo más simple.
Mientras se observa el cuerpo te asombrarás con nuevas experiencias. Cuando mueves la mano observando, estando alerta, conscientemente, notarás una cierta gracia y un cierto silencio en esa mano. Puedes hacer los movimientos sin observar; será más rápido, pero perderá la gracia.
Buda acostumbraba a pasear tan despacio que muchas veces le preguntaban porqué andaba tan lentamente. El decía, «Es parte de mi meditación. Siempre caminar como si estuvieras adentrándote en un río de agua fría en invierno... despacio, alerta, porque el agua del río está muy fría; alerta porque la corriente es muy fuerte; observando cada uno de los pasos porque puedes resbalar con las piedras del río».
El método es siempre el mismo, sólo el objeto cambia con cada paso. El segundo paso es observar la mente. Ahora puedes moverte en un mundo más sutil: observa tus pensamientos. Si has sido capaz y has logrado observar el cuerpo no va a haber ninguna dificultad.
Los pensamientos son ondas sutiles, ondas electrónicas, ondas de radio, pero son tan materiales como tu cuerpo. No son visibles, como tampoco el aire es visible, pero el aire es tan material como las piedras; así también son tus pensamientos, materiales pero invisibles.
Este es el segundo paso, el paso medio.

Te estás moviendo hacia la invisibilidad, pero todavía es material, observa tus pensamientos. La única condición es: no juzgues. No juzgues, pues en el momento en que empieces a hacer juicios te olvidarás de observar.
No hay antagonismo en contra del hacer juicios. La razón por la que está prohibido es porque en el momento en que empiezas a juzgar - «éste es un pensamiento bueno»- todo este espacio no lo estabas observando. Empezaste a pensar, te involucraste. No pudiste mantenerte apartado, estando de pie al lado de la carretera simplemente contemplando el tráfico.
No te conviertas en un participante, ya sea para adular, o para valorar, o para condenar. No debes de adoptar ninguna actitud respecto a lo que está pasando en tu mente.
Deberías observar los pensamientos como si fuesen nubes pasando por el cielo.
No haces ningún juicio sobre ellas, «Esta nube negra es muy mala, esta nube blanca parece un sabio». Las nubes son nubes, no son ni malas ni buenas. Así son los pensamientos, sólo una pequeña onda pasando a través de tu mente.
Observa sin enjuiciar y te encontrarás con una gran sorpresa. A medida que tu observación se va asentando, los pensamientos vendrán en menor número.
 La proporción es exactamente la misma: si estás al cincuenta por ciento de tu capacidad de observación, el cincuenta por ciento de tus pensamientos desaparecerá. Si estás el sesenta por ciento , entonces sólo el cuarenta por ciento de tus pensamientos estará ahí. Cuando eres el noventa y nueve por ciento, puro observador, sólo de vez en cuando habrá un pensamiento solitario, un uno por ciento, pasando por la carretera.
El tráfico habrá desaparecido. Esa hora punta de tráfico ya no estará.
Cuando estés al cien por cien, sin enjuiciar y siendo sólo un observador; querrá decir que te has convertido en un espejo, porque un espejo nunca juzga.
Si una mujer fea se mira en él, el espejo no hace ningún juicio. Si una mujer hermosa se mira en él, para el espejo no hay diferencia.
Si nadie se mira en él, el espejo es tan puro como cuando alguien se refleja en él. No lo mueve ni el reflejo ni el no-reflejo.
El observar se convierte en un espejo.
Este es uno de los grandes logros de la meditación. Has recorrido la mitad del camino y esa es la parte más dura. Ahora sabes el secreto y el mismo secreto debe ser aplicado a diferentes objetos. De los pensamientos debes moverte a experiencias más sutiles: emociones, sentimientos, estados de ánimo; de la mente al corazón, con la misma condición: sin juzgar, sólo observando. Y la sorpresa será que la mayoría de las emociones, sentimientos y estados de ánimo te poseen...
Cuando estás triste, estás poseído por la tristeza. Cuando estás enfadado, no es algo parcial. Te llenas de furia; cada fibra de tu ser está palpitando con furia.
Mirando el corazón, la experiencia será que ahora nada te posee. La tristeza viene y se va, tú no te pones triste. La felicidad viene y se va, tú no te vuelves feliz tampoco. Todo aquello que se mueve en las profundas capas de tu corazón no te afecta a ti para nada. Por primera vez empiezas a probar algo de lo que es ser un Maestro. Ya no eres más un esclavo al cual se puede empujar y tirar de aquí y de allá, al que cualquier emoción y cualquier sentimiento, al que cualquiera puede molestar por cualquier trivialidad.
Cuando te conviertes en un observador del tercer paso, te convertirás por primera vez en un Maestro: nada te molesta, nada se apodera de ti; todo quedará lejos, muy abajo, y tú estarás en la cúspide de la montaña.
Estos son los tres pasos del vipasana. Estos tres pasos te llevan a la puerta del templo, que está abierta.
Cuando te has convertido en un perfecto observador de tu cuerpo, de tu mente y de tu corazón, entonces ya no puedes hacer nada más; entonces debes esperar.
Cuando la perfección es completa en estos tres pasos, el cuarto paso sucede por sí solo como recompensa. Es un salto cuántico del corazón al ser, al centro mismo de tu existencia. Tú no puedes hacerlo; sucede. Has de acordarte de esto.
No intentes darlo, porque si intentas dar este paso, ten por seguro que fracasarás. Es un suceso. Tú preparas tres pasos, el cuarto paso es una recompensa de la existencia misma; es un salto cuántico. De repente, tu fuerza vital, tu observación, entra en el centro mismo de tu ser. Has llegado a casa.
Puedes llamarlo Autorrealización, puedes llamarlo Iluminación, puedes llamarlo Ultima Liberación, pero no hay nada más allá de esto. Has llegado al final de la búsqueda; y has encontrado la verdad misma de la Existencia y el gran éxtasis que trae como sombra alrededor de sí.
Meditación no es trabajo.
Meditación es puro éxtasis.
A medida que vas más hacia adentro, te encuentras con espacios más y más hermosos, puntos más y más luminosos. Son tu tesoro. Silencios más y más profundos que no son solamente la ausencia del ruido, sino la presencia de una canción sin sonido: musical, viva y danzarina.
Cuando llegas al último punto de tu ser, al centro del ciclón, has encontrado a Dios; no como una persona, sino como luz, como conciencia, como verdad, como belleza, como todo lo que el hombre ha estado soñando durante siglos. Y estos tesoros soñados están escondidos en su interior.
No es una práctica problemática, tortuosa, ascética; es muy agradable, musical, poética y se convierte más y más, en una pura alegría. No es trabajo, es oración, la única oración que conozco.
Para mí, oración significa que has alcanzado tu ser, que sientes una tremenda gratitud hacia la existencia. Esa gratitud es la única y auténtica oración; todas las demás oraciones son ficticias, falsas, pseudo, fabricadas.

 Esta gratitud emergerá de tu interior como una fragancia saliendo de las rosas.


Osho: El Rebelde, 9 de Junio de 1987, por la mañana

domingo, 5 de agosto de 2007

El Arte de Vivir/ Meditación Vipassana


El arte de vivir


Meditación Vipassana
por S. N. Goenka

(Este artículo está basado en una conferencia que dio Goenkaji en Berna, Suiza, en 1980)

Todos buscamos la paz y la armonía porque carecemos de ellas en nuestras vidas. De vez en cuando todos experimentamos agitación, irritación, falta de armonía, sufrimiento. Cuando esto sucede no lo guardamos para nosotros sino que lo distribuimos a los demás. Una persona desdichada impregna el ambiente que le rodea de agitación y quienes están cerca de ella también se alteran, se irritan. Ciertamente, ésta no es la manera más adecuada de vivir.
Tenemos que vivir en paz con nosotros mismos y en paz con los demás porque, en última instancia, los seres humanos somos seres sociales que vivimos dentro de una sociedad interrelacionada. Pero ¿cómo vivir en paz y armonía interior y mantenerlas para que los demás puedan también vivir en paz y armonía?
Para librarnos de nuestra agitación tenemos que conocer sus razones básicas, la causa del sufrimiento. Al investigar este problema, nos damos cuenta de que nos sentimos agitados en cuanto generamos negatividades o contaminaciones en la mente. La negatividad, la contaminación o la impureza mental no pueden coexistir con la paz y la armonía.
¿Cómo empezamos a generar negatividades?

También aquí nos damos cuenta, al investigar, de que nos sentimos desdichados cuando estamos con alguien que se comporta de una manera que no nos gusta o cuando sucede algo que nos desagrada. Cuando ocurre algo que no deseamos surge tensión en nuestro interior y también surge cuando no ocurre o existen obstáculos para que se cumpla algo que deseamos. Con todo eso empezamos a atar nudos en nuestro interior. Y como durante toda la vida van a suceder cosas que no queremos y las deseadas puede que sucedan o puede que no sucedan, este proceso de reacción, de atar nudos –nudos gordianos, hace que toda la estructura física y mental esté tan tensa y tan llena de negatividades que la vida se vuelve miserable.
Una manera de resolver este problema sería arreglar las cosas para que en nuestra vida no ocurriera nada indeseado, para que todo sea tal y como deseamos. Para lograrlo, tendríamos que desarrollar en nosotros un poder extraordinario o bien conseguir que venga en nuestra ayuda alguien que lo posea. Pero tal cosa es imposible. No existe nadie en el mundo que pueda satisfacer todos sus deseos. No hay nadie cuya vida transcurra como quiere, sin que pase algo no deseado.

Constantemente ocurren cosas que van en contra de nuestros deseos y anhelos.

De ahí –la pregunta: ¿Cómo podemos dejar de reaccionar ciegamente cuando enfrentamos situaciones que no nos gustan? ¿Cómo podemos dejar de generar tensión y permanecer llenos de paz y armonía?
Tanto en la India como en otros países hubo personas santas y sabias que estudiaron este problema —el problema del sufrimiento humano— y encontraron una solución: cuando ocurre algo no deseado y empezamos a reaccionar con ira, miedo o negatividad, hay que dirigir lo antes posible la atención a cualquier otra cosa. Por ejemplo: levantarnos, tomar un vaso de agua y comenzar a beber; de esta manera la ira no se multiplicará sino que empezará a disminuir.

O empezar a contar: uno, dos, tres, cuatro… O repetir una palabra, una frase o un mantram o quizás el nombre de un dios o una persona santa hacia la que sintamos devoción. Así desviamos la mente y hasta cierto punto, nos liberamos de la negatividad, de la ira.
Esta solución era útil, funcionaba y aún funciona; al practicarla, la mente se siente libre de agitación. No obstante, sólo funciona en el nivel de la mente consciente porque lo que de hecho hacemos al desviar la atención es empujar la negatividad a lo más profundo del inconsciente donde seguimos generándola y multiplicándola. Hay paz y armonía en la superficie, pero en las profundidades de la mente hay un volcán dormido de negatividad reprimida que tarde o temprano entrará en erupción con una gran explosión.


Hubo otros exploradores de la verdad interna que llegaron algo más allá en su búsqueda. Tras experimentar en su interior la realidad de la mente y la materia, se dieron cuenta de que desviar la atención es sólo huir del problema.

 Escapar no es una solución; hay que enfrentar el problema. Cuando surja una negatividad en la mente, obsérvala, hazle frente. Tan pronto como comiences a observar la contaminación mental, ésta empezará a perder fuerza y poco a poco se irá marchitando y podrá ser erradicada de raíz.
Es una buena solución que evita los dos extremos: la represión y dar rienda suelta. Enterrar la negatividad en el inconsciente no la erradicará y permitir que se manifieste con un acto físico o verbal dañino sólo creará más problemas. Pero si te limitas a observarla, la contaminación desaparecerá y estarás libre de esa contaminación.

Esto suena maravilloso, pero ¿se puede realmente practicar? ¿Resulta fácil para una persona común y corriente enfrentarse a las contaminaciones?

 

Cuando surge la ira, nos toma tan de sorpresa que ni siquiera nos damos cuenta de ello. Arrastrados por la ira cometemos actos físicos o mentales que nos dañan a nosotros mismos y a los demás.

Poco después, al desaparecer la ira, empezamos a llorar y a arrepentirnos, pidiendo perdón a los demás o pidiendo perdón a Dios. Pero la próxima vez que nos encontramos en una situación semejante, volvemos a reaccionar de la misma forma. El arrepentimiento no nos ha servido para nada.
La dificultad estriba en que no somos conscientes del momento en el que comienza esta contaminación. Empieza en las profundidades de la mente inconsciente y cuando llega al nivel consciente, ha tomado tal fuerza que nos arrastra y ya no podemos observarla.


Supongamos por un momento que contrato una secretaria privada para que me avise cuando surja la ira diciéndome:
“Mire, va a aparecer la ira”.

 Pero como no sé cuándo va a surgir la ira, tengo que contratar tres secretarias para poder cubrir tres turnos que abarquen las veinticuatro horas del día. Supongamos que puedo mantener ese gasto y que aparece la ira. Inmediatamente mi secretaria diría: “Mire, la ira ha comenzado”.

Lo primero que haría sería contestarle de mal modo: “¡Eres tonta!

¿Crees que te pago para que me lleves la contraria?” La ira me arrastraría de tal forma que un buen consejo no podría ayudarme.
Supongamos que prevalece la sabiduría y que no le regaño sino que le digo: “Muchas gracias, ahora debo sentarme y observar mi ira”. Pero ¿acaso eso es posible? Nada más cerrar los ojos para observar la ira, el objeto de mi ira —ya sea una persona o un incidente— surge de inmediato en mi mente y ya no observo la propia ira sino meramente el estímulo externo de la emoción.

 

 Esto sólo me conducirá a la multiplicación de la ira y por lo tanto, no es una solución. Es muy difícil observar una negatividad abstracta, una emoción abstracta, separada del objeto exterior que la originó.


Sin embargo, hubo alguien que, habiendo alcanzado la verdad última, encontró una solución auténtica.

 

Descubrió que al surgir una contaminación en la mente, ocurren dos cosas simultáneamente en el campo físico.

Una es que la respiración pierde su ritmo normal.

 Es fácil observar que respiramos más fuerte cuando surge una negatividad. Y en niveles más sutiles, se inicia una reacción bioquímica en el cuerpo que da lugar a una sensación.

Todas las contaminaciones generan algún tipo de sensación en el cuerpo.


Esto es lo que nos ofrece una solución práctica: una persona corriente no puede observar las contaminaciones abstractas de la mente como el
miedo, la ira o la pasión.

 

Pero con un adiestramiento adecuado y con práctica es fácil observar la respiración y las sensaciones del cuerpo y ambas están relacionadas directamente con las contaminaciones mentales.


La respiración y las “sensaciones” ayudan de dos formas. Primero, se comportarán como secretarias privadas. En cuanto surja una impureza en la mente, la respiración dejará de ser normal y empezará a gritarnos:

“¡Algo anda mal!” y como no podemos regañar a la respiración, tenemos que aceptar su aviso.

 

De igual forma, también las sensaciones nos dirán que algo va mal. Una vez que nos avisan, podemos empezar a observar la respiración, a observar las sensaciones y nos daremos cuenta que la negatividad desaparece en seguida.


Este fenómeno físico-mental es como una moneda con dos caras.

En una cara están los pensamientos y las emociones que surgen en la mente; en la otra, la respiración y las sensaciones del cuerpo.

 

 Todos los pensamientos y las emociones, todas las impurezas mentales que surgen, se manifiestan en la respiración y en las sensaciones de ese momento.

 Por eso, al observar las sensaciones o la respiración, estamos observando, de hecho, las contaminaciones mentales.

 

En vez de huir del problema, nos enfrentamos a la realidad tal y como es y las negatividades ya no nos arrastran como sucedía en el pasado. Si perseveramos, terminarán por desaparecer y empezaremos a vivir una vida feliz y en paz, una vida cada vez más libre de negatividades.


De esta manera, la técnica de la auto-observación nos muestra los dos aspectos de la realidad: el interno y el externo. Antes sólo mirábamos al exterior, perdiendo la verdad interna; buscábamos en el exterior la causa de nuestra desgracia, culpando siempre a algo o a alguien e intentando cambiar la realidad externa. Al ignorar la realidad interior, nunca entendíamos que la causa del sufrimiento reside en el interior, en nuestras propias reacciones ciegas hacia las sensaciones agradables y desagradables.


Ahora, con el entrenamiento, podemos ver la otra cara de la moneda, podemos ser conscientes de nuestra respiración y también de lo que ocurre en nuestro interior. Sea lo que sea, respiración o sensación, aprendemos a observar sin desequilibrar la mente. Dejamos de reaccionar y de multiplicar nuestra desdicha. En vez de ello, permitimos que las impurezas se manifiesten y desaparezcan.


Las negatividades se disuelven más rápidamente cuanto más se practica esta técnica. Poco a poco la mente se libera de las contaminaciones y se hace pura.

 

Una mente pura está siempre llena de amor —amor desinteresado hacia los demás, llena de compasión hacia el sufrimiento y las faltas ajenas, llena de alegría al ver los triunfos y la felicidad de los demás, llena de ecuanimidad ante cualquier situación.


Al llegar a este estado nuestra conducta habitual cambia. Ya no es posible cometer actos físicos o verbales que puedan perturbar la paz y la felicidad ajenas. Una mente equilibrada no sólo está llena de paz, sino que impregna el ambiente que la rodea de paz y armonía y esto empieza a afectar a los demás, ayudándolos también.


Al aprender a mantenernos equilibrados, hacemos frente a lo que experimentamos en nuestro interior y desarrollamos desapego hacia todas las situaciones externas que nos encontramos. Pero este desapego no es escapismo ni indiferencia hacia los problemas mundanos. Quienes practican Vipassana con regularidad se sensibilizan más ante el sufrimiento de los demás y hacen todo lo posible para aliviar el sufrimiento en la forma que puedan —sin agitación, con la mente llena de amor, compasión y ecuanimidad. Aprenden el desprendimiento de los santos, aprenden a entregarse por completo, a ocuparse totalmente de ayudar a los demás manteniendo simultáneamente el equilibrio de la mente. Así permanecen llenos de paz y felicidad mientras trabajan por la paz y la felicidad de los demás.


Esto es lo que el Buda enseñó: un arte de vivir.

 No fundó ni enseñó una religión, un “-ismo”, ni enseñó ritos o rituales, ni ninguna formalidad vacía a quienes se acercaban a él; enseñó a observar la naturaleza tal y como es, observando la realidad interna. Debido a nuestra ignorancia reaccionamos constantemente de manera que nos dañamos o dañamos a los demás.

 

Pero cuando surge la sabiduría —la sabiduría de observar la realidad tal y como es— desaparece el hábito de reaccionar.

 Cuando dejamos de reaccionar ciegamente, somos capaces de realizar actos verdaderos, actos que emanan de una mente equilibrada, una mente que ve y comprende la verdad. Una acción así sólo puede ser positiva, creativa, capaz de ayudarnos a nosotros y a los demás.


Por eso es necesario “conocerse a sí mismo”—consejo que han dado todos los sabios.

 

Debemos conocernos a nosotros mismos, no sólo en el ámbito intelectual de ideas y teorías, no sólo emocionalmente o a través de la devoción, aceptando de forma ciega los que hemos oído o leído.

Este conocimiento no es suficiente. Debemos conocer la realidad por medio de la experiencia. Debemos experimentar directamente la realidad de este fenómeno físico-mental. Únicamente esto es lo que nos ayudará a estar libres de nuestro sufrimiento.


Esta experiencia directa de nuestra realidad interna, esta técnica de auto-observación, es lo que se llama meditación Vipassana. En la lengua que se hablaba en la India en la época de Buda, “passana” significa ver las cosas de forma corriente, con los ojos abiertos. “Vipassana” es observar las cosas tal y como son, no como parecen ser.

 Hay que penetrar a través de la verdad aparente hasta llegar a la verdad última de toda la estructura mental y física.

 

 Al experimentar esta verdad, aprendemos a dejar de reaccionar ciegamente, a dejar de generar contaminaciones y de forma natural, las contaminaciones antiguas van erradicándose poco a poco.

 

 Así nos liberamos de la desdicha y experimentamos

 la felicidad auténtica.

El curso de meditación consta de tres pasos.

 El primero es abstenerse de cualquier acto físico o verbal que pueda perturbar la paz y la armonía de los demás.

 

No podemos liberarnos de nuestras contaminaciones mentales si continuamos realizando actos de obra o de palabra que multipliquen estas contaminaciones.

 

Por eso, el primer paso de esta práctica es un código moral. Nos comprometemos a no matar, no robar, no tener una conducta sexual inadecuada, no mentir y no tomar intoxicantes. Al abstenerse de estos actos, permitimos a la mente que se serene lo suficiente como para poder continuar.


El siguiente paso es aprender a controlar la mente salvaje, adiestrarla para que se concentre en un único objeto, la respiración.

Intentamos mantener la atención en la respiración el mayor tiempo posible.

 

Esto no es un ejercicio de respiración porque no intentamos regularla; la observamos tal y como es, de forma natural, tal y como entra, tal y como sale.

 

De esta manera, aumentamos la serenidad de la mente para que no se deje arrastrar por negatividades intensas; al mismo tiempo, vamos concentrándola y haciéndola más aguda, más penetrante, más capaz de trabajar internamente.


Estos dos primeros pasos, vivir con moralidad y controlar la mente, son muy necesarios y beneficiosos pero conducirán a la represión a menos que demos un tercer paso: purificar la mente de contaminaciones, desarrollando la visión cabal de nuestra propia naturaleza.

 

Esto es Vipassana: la experimentación de nuestra propia realidad, observando en nosotros mismos de forma sistemática y desapasionada este fenómeno de mente y materia en constante cambio que se manifiesta en sensaciones.

 

 Esta es la culminación de la enseñanza del Buda: la auto-purificación a través de la auto-observación.


Es algo que puede ser practicado por todos y cada uno de nosotros.

Todos enfrentamos el problema del sufrimiento.

Es una enfermedad  universal que requiere un remedio universal, no un remedio sectario.

 

 Cuando sentimos ira, no es una ira budista, una ira hinduista, o una ira cristiana.

 La ira es ira.

Si como resultado de esa ira nos sentimos agitados, no es una agitación cristiana, judía o musulmana.

La enfermedad es universal.

El remedio debe también ser universal.
La Vipassana es este remedio.

 Nadie puede objetar a un código de vida que respeta la paz y la armonía de los demás.

 Nadie puede objetar al desarrollo del control sobre la mente.

Nadie puede objetar al desarrollo de la visión cabal de nuestra propia naturaleza para que la mente se libere de sus negatividades.

La Vipassana es un sendero universal.


Observar la realidad tal y como es, observando la verdad interior, es conocerse a uno mismo directamente a través de la experiencia.

 Con la práctica nos liberamos de la desdicha que acarrean las contaminaciones.

Partiendo de la verdad externa, burda y aparente, penetramos en la verdad última de la mente y la materia.

 

 Esto también termina por trascenderse y se experimenta una verdad que está más allá de la mente y la materia, más allá del tiempo y del espacio, más allá del campo condicional de la relatividad: la verdad de la liberación total de todas las contaminaciones, todas las impurezas, todo el sufrimiento. No importa el nombre que se le dé a esta verdad última; es la meta final de todos nosotros.


¡Ojalá que todos ustedes experimenten esta verdad última! ¡Ojalá que todos se liberen de la desdicha!

 

¡Ojalá que todos gocen de una paz real, una armonía real, una felicidad real!

 

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El Sendero del mago Deepak Chopra 9